La figura del Business Angel es doblemente apreciada por las pymes en este momento. Por un lado, aporta capital y, por el otro, se implica en la gestión de la empresa ofreciéndoles sus conocimientos y contactos. Las ayudan en su desarrollo empresarial durante los años más difíciles y después se retiran del negocio.
En una época donde es tan difícil encontrar financiación para las empresas pequeñas, existe una figura que realmente parece caída del cielo: los Business Angels (ángel de los negocios). Son unas figuras estratégicas para el desarrollo y puesta en marcha de las microempresas y las pymes, en estos momentos. Albert Colomer, director de la Red Española de Business Angels (ESBAN), los define como “inversores privados que aportan capital a empresas de reciente creación o start-ups, a cambio de una participación en la empresa. Por lo tanto, no sólo aporta capital (entre 50.000 y 500.000 euros) sino que, además, se implica de forma personal proporcionando contactos, conocimientos y confianza”.
Por lo general, los Business Angels son particulares (ya sea empresario, directivo de empresa, ahorrador o emprendedor con éxito), que aporta su capital, sus conocimientos técnicos, su experiencia en gestión empresarial y su red de contactos personales. Estos inversores privados participan por un tiempo limitado como accionistas en empresas no cotizadas en bolsa. Como las inversiones conllevan un riesgo extremadamente alto, al abandonar la empresa tras un periodo de entre 3 y 7 años, reciben un alto retorno de la inversión.
Las inversiones que realizan los Business Angels pueden ir destinadas a emprendedores que quieren poner en marcha un proyecto empresarial (capital semilla), a empresas que se encuentran al inicio de su actividad (capital de inicio o desarrollo) o a aquellas empresas que deben afrontar una fase de crecimiento. Empresas de éxito como The Body Shop, Amazon, Skype, Starbucks o Google contaron con el apoyo de un Business Angel en sus inicios. Para conseguir esta inversión Albert Colomer indica que tan solo es necesario “tener un plan de empresa elaborado que ofrezca una buena oportunidad de inversión y rentabilidad para el inversor, así como encontrarse en una fase con posibilidad de crecimiento”.
Para que una empresa sea atractiva para un Business Angel es importante que ofrezca oportunidad del negocio. Aunque también se tiene muy en cuenta: la experiencia del emprendedor (su conocimiento del mercado); la ventaja competitiva de la empresa (se evita invertir en las que basan su rentabilidad en la especulación) que se puede ver en el número y poder de negociación de clientes y proveedores, así como la situación de la empresa frente a sus competidores, la existencia de productos y servicios complementarios, el uso adecuado de marcas e imagen, etc; que la empresa tenga detectado el mercado al que dirige su producto y servicio; y la complementariedad de la empresa y el ángel inversor.
Los motivos que mueven a un Business Angel a invertir en un proyecto empresarial pueden tener finalidades económicas o sociales. Si son económicas, se basan en los beneficios que obtendrán mediante la participación en proyectos en los que se tenga un amplio conocimiento del negocio. Su objetivo es obtener una importante plusvalía a medio plazo, entre cuatro y seis años. Pero si su motivación es de carácter social, se buscan beneficios de tipo social y emocional.
En nuestro país esta figura está regularizada a través de su pertenencia a una red que, actualmente, cuentan con el apoyo de diversas instituciones locales y estatales, tanto públicas como privadas. Pertenecer a una red de Business Angels, explica Albert Colomer, “supone para el inversor tener acceso a proyectos empresariales que necesitan financiación y que previamente han sido evaluados y contrastado su viabilidad”.
El concepto de redes surge de la necesidad de los Business Angels de encontrar un canal donde poder evaluar proyectos de inversión y, a su vez, compartir experiencias y profesionalizar esta actividad. Es el punto de encuentro entre inversores y emprendedores. ESBAN es la Red Española de Business Angels y engloba a la mayoría de estas empresas gestoras. En la actualidad, según el director de ESBAN, hay contabilizadas en España una 50 redes. Pero a la pregunta de cuántos inversores hay,
Colomer no tiene una respuesta clara porque “es difícil de determinar. En el año 2009 estaban contabilizados un total de 1.390 inversores asociados a 42 redes”. Las principales fuentes de financiación de las redes provienen de cuotas a los inversores, cuotas a los emprendedores, cuotas de éxito, patrocinio, de entidades constituyentes y de subvenciones. En el caso español, la financiación proviene de las entidades socias (51%) y, en segundo lugar, de subvenciones (39%).
La importancia que está adquiriendo la figura del Business Angel en España ha forzado su presencia en la campaña electoral. Los partidos mayoritarios (PSOE y PP) han adelantado que van a incluir en sus programas electorales medidas concretas para favorecer a los inversores particulares que aportan su propio dinero y su tiempo para apoyar a los emprendedores. Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato socialista, ha dicho que, hasta ahora, se ha incentivado a los Business Angels con "exenciones fiscales en tipos de capital", pero está dispuesto a dar un paso más y trasladar estas ventajas al IRPF del inversor privado "porque sería mucho más inmediato y efectivo". Por su parte, el PP quiere aportar ventajas fiscales para que los Business Angels se animen a invertir su dinero en otros proyectos empresariales. La Asociación Española de Business Angels Networks (Aeban) demanda que las plusvalías generadas para el Business Angel "tengan un tratamiento especial", similar al del capital riesgo. Pero pide que se prime a los inversores integrados en una red, porque tienen "un cierto grado de profesionalización" y favorece el que varios mecenas financieros puedan participar en un mismo proyecto empresarial. Para potenciar esta figura, Albert Colomer, director de la Red Española de Business Angels (ESBAN) pide, básicamente, “mayores ayudas fiscales que estimulen este tipo de operaciones. Aunque, actualmente hay comunidades autónomas que ya han legislado sobre el tema, haría falta un mayor apoyo”.
Una de las mayores quejas del sector es que en España no hay una ley, como en otros países, que permita compensar fiscalmente las pérdidas con las ganancias. Solo en algunas comunidades autónomas hay deducciones en el IRPF por este tipo de inversión. Pero el límite es de 4.000 euros, frente a los 50.000 euros que permite Francia. El pasado mes de julio el Gobierno aprobó dar un tratamiento fiscal ventajoso en el IRPF para las plusvalías obtenidas en esas inversiones. Concretamente, están exentas las generadas por la transmisión de acciones o participaciones en dichas iniciativas siempre que se trate de empresas de nueva o reciente creación. Asimismo, están exentas de tributación las plusvalías generadas por la venta de acciones cuyo valor no exceda los 25.000 euros anuales.
Para beneficiarse de la exención, el contribuyente tendrá que haber sido accionista de la sociedad entre tres y diez años. En estos momentos, los estímulos fiscales para promover las inversiones de Business Angels se pueden dar por tres vías:
1.- Deducciones fiscales de inversores particulares en el IRPF. Una medida que depende de cada Comunidad Autónoma.
2.- Exenciones en el IRPF por las plusvalías de inversores particulares, que afecta a toda España.
3.- Deducciones o exenciones fiscales para empresas inversoras. Pero aún no existe ninguna medida que fomente esta vía. Para saber más sobre Business Angels les recomendamos el estudio de la Red Española de Business Angels, ESBAN
Se puede establecer la tipología de los Business Angels en función del papel que tengan en la empresa en la que invierten:
Business Angels empresariales: Son directivos o ejecutivos de empresa en activo, prejubilados o jubilados que se implican mucho en la actividad y la gestión de la empresa donde han invertido.
Business Angels trabajadores: Son directivos o ejecutivos de empresa que han querido dar un giro a su actividad profesional o que han pasado por un proceso de prejubilación y todavía desean trabajar y aportar un valor añadido constante a la empresa donde han realizado la inversión.
Business Angels consultores: Son directivos, ejecutivos o profesionales que a pesar de continuar con su actividad empresarial o profesional, quieren transmitir sus conocimientos a los emprendedores que se encuentran al inicio de su proyecto empresarial. Este tipo de Business Angel no suele aportar capital, ya que su contribución se basa en una transmisión de know how y en una red de contactos.
Business Angels financieros: Se refiere a empresarios que aunque aportan valor a la empresa, no se implican excesivamente en su gestión, ya que básicamente su objetivo es obtener una futura rentabilidad sobre el capital aportado.
El origen de este tipo de empresarios está en Estados Unidos, aunque hay dos versiones sobre cómo empezaron. Por un lado, se dice que surgieron en torno al año 1920, cuando inversores particulares empezaron a arriesgar su propio dinero para salvar los espectáculos de Broadway. Por el otro, se explica que su origen está en los antiguos estudiantes de las universidades que tenían por costumbre hacer donaciones para devolver a su campus el logro de sus éxitos y así ayudar a otros que están empezando.
Hoy en día se estima que el mercado de Business Angel en Europa es diez veces inferior que en EE UU. En España, parece que el pionero fue Luis Martín Cabiedes, hijo de la saga empresarial propietaria de la agencia de noticias Europa Press. Con la llegada de Internet empezó a financiar a emprendedores que querían montar portales de noticias pero no podían pagar los contenidos de su agencia. En nuestro país, es necesario dar un impulso a esta figura puesto que su volumen de inversión, según Albert Colomer, director de la Red española de Business Angels (ESBAN), fue de nueve millones de euros en 2009 en 41 operaciones.
La razón de que su implantación en España sea aún reducida, hay que buscarla en que “la figura del Business Angel se introduce aquí de forma tardía, en comparación con otros países de más tradición como los anglosajones. La primera red constituida en España fue Business Angels Network Catalunya (BANC), en 2002”, explica Colomer. Para que se desarrollasen más –continúa el director de ESBAN- “sería necesaria una mayor difusión y conocimiento de su importante papel como alternativa de financiación, así como mayores beneficios fiscales que incentiven este tipo de inversión”.
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