Los beneficios del seguro se aprecia cuando se necesitan. Por eso, los dueños de negocios que tradicionalmente han tenido más siniestralidad son más propensos a contratar una póliza. Además, se puede decir que los seguros Multirriesgos son muy completos y se adaptan bien a las necesidades de cada negocio y de cada gremio.
El seguro Multirriesgo Comercio siempre ha tenido un porcentaje de aseguramiento alto. Adolfo Fernández, director técnico actuarial de Reale Seguros Generales, dice que “podría estar en torno al 80%. Otra cosa es que, dependiendo de su disposición económica o del tipo de negocio, se haga una cobertura más o menos amplia para que se ajuste a su presupuesto”.
Juan del Pozo, socio de la correduría de seguros Carantia Tres, señala que las empresa más concienciadas son las que “tradicionalmente han tenido más siniestralidad. Por ejemplo, los bares o las tiendas de confección. Pero el que pone un negocio más minoritario como una cordelería están menos concienciados”. También son más propensos a contratar una póliza los emprendedores, los que abren nuevos negocios porque el que lleva muchos años y no ha tenido ningún siniestro, es más difícil de convencer.
Otro tema importante es la localización geográfica porque en Madrid hay más conciencia que en los pueblos, donde posiblemente ni se lo han planteado. Una pista de los sectores más concienciados te la dan las alarmas. Juan del Pozo explica que “esos sectores son los que están más concienciado de que le pueden a robar. Los bares, las tiendas de confección...” Porque no nos engañemos, las coberturas que más llevan a hacer un seguro son las de robo e incendio. Aunque el porcentaje de incendios en las empresas es muy bajo (unos 200 al año), no ocurre lo mismo en el caso de los bares, donde la tasa sube.
Todavía, muchas gente no es consciente de que si se le quema la tienda se le quema su modo de vida y se queda sin nada. Sin embargo, el socio de la correduría de seguros Carantia Tres explica que cada vez se está más preocupado por “el tema de la Responsabilidad Civil para cubrir cualquier reclamación de un cliente que le haya ocurrido un percance (por ejemplo, una caída) en un establecimiento y demandan al propietario para conseguir una indemnización”.
Una vez adquirido el paquete de garantías, cada negocio puede contratar las que necesite de forma específica. Los seguros Multirriesgos se adaptan muy bien a las necesidades de cada negocio y tienen mucha flexibilidad para elegir las coberturas más adecuadas para cada gremio. Por ejemplo, a las farmacias les preocupa mucho el robo de las recetas. Habitualmente, van guardando las recetas y una o dos veces a la semana y se las recogen para hacer el trámite con la Seguridad Social. Ésas no son dinero en efectivo, pero pueden llegar a valer 30.000 ó 40.000 euros. Por eso, hay farmacias que, a veces, prefieren que se cubra el capital en recetas antes que el efectivo.
Adolfo Fernández explica que la Responsabilidad Civil de productos para las fórmulas magistrales y la Responsabilidad Civil de recetas son productos aparte en Reale. Otro caso específico es el de la alimentación y el riesgo de que se estropee la cámara frigorífica y se pierda la mercancía.
Generalmente, es el corredor de seguros el que pregunta a sus clientes (los comercios) sobre los problemas que pueden tener para poder determinar sus necesidades y comunicárselas a la aseguradora para que cree un producto que las cubra. Juan del Pozo nos habla de las cámara frigorífica que, hasta hace pocos años, no existía como cobertura. El corredor fue el que detectó que “cualquiera que venda un producto perecedero puede perder un dineral si un día se queda sin luz o se revienta el motor de la cámara”.
Adolfo Fernández comenta que “en los negocios nuevos tienen mayor importancia el asesoramiento de los corredores porque ya han asegurado muchos negocios parecidos y pueden determinar mejor sus necesidades. Pero si se trata de personas que llevan muchos años en el negocio, son ellas las que marcan sus necesidades”. Multirriesgos es un seguro que cubre muchos aspectos (desde daños por siniestros por agua, incendio, robo, responsabilidad civil). Eso nos lleva a pensar que no se necesita ningún seguro más. Pero Juan del Pozo añade que, “depende del convenio que se tenga, se puede necesitar además un seguro de Accidentes para sus empleados, que es obligatorio en algunos casos y la mayoría de los comercios no lo tienen. Además, según sea la complejidad del negocio, es conveniente realizar una póliza de Responsabilidad Civil específica”.
Nos encontramos con algunos comercios, como las joyerías, que tienen serios problemas para contratar un seguro. Juan del Pozo dice que tiene mala solución “si no se consigue bajar su siniestralidad en robo”. Adolfo Fernández confiesa que Reale no es muy activa en joyerías. “Podemos tener alguna póliza de algún cliente integral, pero nada más. Normalmente hay compañías especialistas, como Chub y ACE, que disponen de una masa importante de primas para que si hay siniestros, se compensen”. Para intentar solucionar esta falta de oferta aseguradora, se está ofreciendo el seguro sin la cobertura de robo. Es una solución para las joyerías que no pueden permitirse pagar una prima de 50.000 euros. De esta forma, se reducen a 8.000 y el robo lo dejan a la suerte.
También hay un corredor en Córdoba que se llama Rodolfo Serván, que sabe mucho de este tipo de riesgos porque está especializado en el aseguramiento de joyerías y de muestrarios de joyas. Pero no sólo las joyerías tienen el problema del robo, también están las peleterías y, curiosamente, los estancos. Aunque éstos tienen pantallas protectoras, los ladrones entran por la noche y se llevan muchísimo dinero. “Un estanco mediano tiene alrededor de 300.000 euros en tabaco” indica Juan del Pozo. “Yo tuve de clientes dos estancos que les obligaron a tener cierre ciego por dentro y fuera del escaparate”. A los estancos también se les exige tener cristal de triple capa, cierre ciego, una buena alarma... para limitar el siniestro.
El coste de los seguros es precisamente uno de los problemas a la hora de contratar este seguro. Según el director técnico actuarial de la aseguradora Reale, “se quiere que cubra todo, pero que cueste poco”. Además, muchos clientes se piensan que el seguro es una empresa de mantenimiento. Los expertos en seguro lo especifican claramente “la rotura, excepto la de cristal o las que están indicadas en la póliza, no se cubren”. Una dificultad con la que se encuentran los comercios es que “dependiendo del tipo de negocio que sea, normalmente les exigimos unas medidas de seguridad determinadas (alarmas, rejas, cristales más gruesos...)”, explica Adolfo Fernández. En el tema de las alarmas, el corredor de seguros tiene su visión particular: “dependiendo de las mercancía que haya en la tienda, hay aseguradoras que te exigen poner alarma y otras que no. Además, en otras ocasiones, tener una alarma sólo te reduce dos euros de la póliza y no te compensa porque si contratas el seguro con alarma y un día se te olvida ponerla y te roban, no te lo cubre porque no ha sonado la alarma”.
El infraseguro (poner una cantidad asegurada menor que la real) se ha dado siempre. Pero Adolfo Fernández indica que en los comercios se produce menos que en otro tipo de negocio. Juan del Pozo está de acuerdo con él: “en comercio nadie se mete en infraseguro. Hay más problema de no aseguramiento que de infraseguro porque si tienes que reducir gastos, o quita coberturas o eliminas la póliza. Aparentemente, el seguro es lo menos importante y prefieres jugársela”.
Otra cosa es que se trate de una póliza antigua y no se hayan actualizado los capitales y éstos se vayan quedando atrasados. No obstante, es conveniente explicar a los clientes, señala el corredor de seguros, cómo funciona la regla proporcional. Si tienes 80.000 euros en mercancías y dices que tienes 8.000 euros (por lo tanto, entras en infraseguro), eso no significa que te vaya a cubrir hasta 8.000, sino sólo el 10% (es decir, 800) porque tú estás asegurando sólo el 10% de tu mercancía total. Así lo estipula la Ley de Contrato de Seguro. “El problema es que no siempre explicamos al cliente en qué consiste el infraseguro y es un trabajo importante que tendríamos que hacer los que vendemos la póliza”. Por eso, es mejor quitar coberturas, que dejar todo el negocio en infraseguro. Cosas como estas llevan a los asegurados a pensar que las pólizas de seguros son muy complejas.
Pero Juan del Pozo explica que “no puede ser más sencilla porque se debe de explicar todo lo que incluye y lo que no. Si en un Multirriesgos hay 80 coberturas, tiene que haber un apartado en el que se explique cada una de ellas”. Como seguros siempre ha sido uno de los sectores más denostados en ese aspecto, las aseguradoras han hecho un gran esfuerzo para cambiarlo.
Adolfo Fernández señala que “desde hace 10 años, las aseguradoras hemos mejorado mucho en el lenguaje y las palabras que se utilizan en las pólizas para que se entiendan. Además, separamos muy claramente lo que se cubre de lo que no se cubre”. Otra cosa es que haya coberturas complejas y otras que hasta en los propios condicionados se contradicen. Por eso, hay que revisar las exclusiones siempre porque, en ocasiones, como vienen de serie, excluye precisamente la actividad que hace el cliente. En ese caso, hay que rectificar el condicionado general con una cláusula en el condicionado particular que diga que tal cláusula está derogada.
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