Los microcréditos surgen para conceder financiación de hasta 25.000 euros a personas que carecen de avales personales. Además, se dan una serie de condiciones preferentes como la ausencia de comisiones, una mayor facilidad para otorgar plazos de carencia o unos tipos de interés ligeramente inferiores a los de mercado. Este tipo de financiación está adquiriendo mayor relevancia. De hecho, el pasado año, las operaciones de microcréditos realizadas en MicroBank aumentaron un 48,7% y el importe concedido creció un 67,3% con respecto a 2010.
Actualmente, existe una importante demanda de financiación que, bien por el pequeño tamaño de las operaciones y el coste que supone su gestión, bien por la falta de garantías de sus solicitantes, encuentra dificultades para ser atendida a través de los canales tradicionales de financiación. Por eso surgen los microcréditos: préstamos de pequeña cuantía (hasta 25.000 euros como máximo) que se conceden a las personas que demuestran que no disponen de avales personales. Su objetivo es que nadie se quede sin montar su pequeño negocio como empresario autónomo por falta de financiación. Ramón Gatell, director comercial de MicroBank, dice que “en estos momentos es más necesario que nunca que todas las iniciativas de emprendimiento viables cuenten con suficientes oportunidades para que se lleven a cabo. De ello depende, en gran medida, la recuperación de la actividad productiva y la creación de ocupación. Ambas esenciales para superar la actual situación de crisis”.
Generalmente, este tipo de financiación tiene condiciones preferentes como la ausencia de comisiones, una mayor facilidad para otorgar plazos de carencia o unos tipos de interés ligeramente inferiores a los de mercado. Pero la principal característica de los microcréditos es que no se exigen avales o garantías personales. Basta con la presentación de un buen proyecto y el compromiso personal del empresario o autónomo emprendedor. En estos momentos, hay una serie de Cajas de Ahorro que gestionan este tipo de programas, generalmente, en colaboración con Ayuntamientos y organizaciones sociales. Pero MicroBank (el banco social de La Caixa) es, desde su creación, el único banco del territorio español especializado en la concesión de microcréditos. Su objetivo es favorecer el acceso igualitario a la financiación para todos los emprendedores y microempresas que tengan un proyecto de creación, consolidación o ampliación de un negocio.
El perfil actual de los clientes de los microcréditos es el de emprendedores, autónomos y microempresas. Según el Informe Sobre el Impacto Social de los Microcréditos 2011, elaborado por MicroBank y la Escuela de Negocios ESADE, el perfil medio del emprendedor es “el de un hombre español casado, con estudios primarios o secundarios y que trabajaba como autónomo antes de poner en marcha su negocio. Además, en la mayoría de los casos, se trata de un emprendedor que no había dirigido antes un negocio”. Según este mismo informe, si se trata de una microempresa su perfil suele ser el de “un negocio que no tiene forma jurídica de sociedad y sus promotores y empleados son profesionales autónomos (82%). A esto hay que añadir que la mayoría de los negocios dan ocupación a una sola persona (64%) o dos trabajadores (29%)”.
A pesar del contexto generalizado de crisis económica internacional, en 2011 MicroBank aumentó considerablemente los microcréditos concedidos a emprendedores y microempresas, tanto en número de operaciones como en importe. El pasado año, las operaciones de microcréditos para emprendedores aumentaron un 48,7% y el importe concedido creció un 67,3% con respecto a 2010. En concreto en 2011, según Ramón Gatell, “MicroBank concedió 8.939 microcréditos para emprendedores por un importe total de 100,9 millones de euros. El importe medio concedido para emprendedores y microempresas fue de 11.287 euros”.
El 60% de los microcréditos para emprendedores que ha concedido esta entidad financiera se han destinado a la creación de empresas, mientras que el 40% restante se ha utilizado para financiar las necesidades de crecimiento de microempresas ya constituidas. MicroBank trabaja a través de la red de oficinas de “la Caixa” (mas de 5.100 sucursales en toda España) y con más de 430 entidades colaboradoras de todo el país (tales como agencias de desarrollo local, gobierno de comunidades autónomas, ayuntamientos, universidades…) con las que firma convenios de colaboración. Gatell explica que “aunque el nivel de aprobación varía en función del tipo de operación y el canal por el que llega, hemos aprobado por encima del 60% de las operaciones solicitadas”.
Además, se da la circunstancia, continúa el director comercial de MicroBank, que “un mismo emprendedor o microempresa puede solicitar varios microcréditos, siempre y cuando siga cumpliendo el perfil de microempresa (es decir, tener menos de 10 empleados y que su facturación no supere el importe máximo establecido) y justifique adecuadamente el destino y la viabilidad de los proyectos nuevos o de ampliación de su negocio”.
MicroBank concede dos tipos de microcrétidos: el financiero y el social. El primero es un préstamo personal dirigido a profesionales autónomos y microempresas que necesitan financiación para iniciar, ampliar o consolidar su negocio, o para atender necesidades de capital circulante. Para acceder a él, los autónomos y pequeños empresarios (personas físicas) tienen que disponer de rentas inferiores a 60.000 euros anuales y presentar un proyecto de negocio que promueva la actividad productiva y la creación de empleo. En el caso de microempresas, su plantilla no debe superar los 10 empleados y facturar menos de 500.000 euros. El microcrédito social va dirigido a financiar proyectos de autoempleo que proporcionen autonomía laboral al solicitante. Pero conseguirlo se debe de acudir al asesoramiento de alguna de las entidades colaboradoras de MicroBank antes de solicitarlo.
En ambos casos su importe máximo es de 25.000 euros (aunque en el caso del microcrédito social, la financiación será de hasta el 95% de la inversión), no es necesaria la aportación de garantía real y su período máximo de devolución es de 5 años, pudiendo incluir una carencia de 6 meses. Como requisito básico, es necesaria la presentación de un plan de empresa para el estudio de la viabilidad del proyecto que se propone financiar. En el caso del microcrédito social, además del proyecto será necesario también presentar el informe de viabilidad de la entidad colaboradora que ha asesorado al cliente.
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