Los trabajadores españoles son los que menos aportan de su salario al pago de las pensiones contributivas y las bajas por enfermedad de entre las principales economías europeas. En concreto, su tipo de cotización por contingencias comunes –conocida como cuota obrera– es del 4,7%. Solo los daneses (2,8%) y los irlandeses (3,6%) aportan menos. Si bien ni las economías ni la financiación de las pensiones en dichos países son comparables con España. Sí lo son Alemania, Francia o Italia, donde la aportación de sus trabajadores es del 17,1%, 10,2% y 7,2%, respectivamente.
Por el contrario, los empresarios españoles se encuentran en la parte más alta del ranking de aportaciones a la Seguridad Social en Europa. Con un tipo de cotización del 23,6% por contingencias comunes (sin contar el resto de aportaciones al desempleo, formación etc.), los empresarios españoles son los que más aportan después de los suecos (23,9%), italianos (24,3%) y franceses (27,7%).
En conjunto, nuestra Seguridad Social recibe el 28,3% del salario de cada trabajador para financiar las pensiones contributivas y las bajas por enfermedad. Esto sitúa a España en la media europea (28,7%) pero muy lejos de las grandes economías comunitarias competidoras de la española. Así, en Alemania esta contribución conjunta de asalariados y empleadores el del 33,3%; en Francia, del 37,9% o en Italia del 31,5%. Los austriacos son los europeos con una contribución más alta, con casi el 40%, mientras que los daneses, con una fuerte implantación de los sistemas privados de pensiones, apenas aportan el 3%.
Los patronos españoles esgrimen habitualmente esta comparativa con Europa para reclamar una bajada de los tipos de cotización que pagan. Los sindicatos no solo rechazan está petición sino que exigen lo contrario, que suba la cuota patronal. Recientemente, los máximos representantes sindicales de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez abrieron el melón de cuanto se debería pagar a la Seguridad Social para hacerla sostenible. En su opinión ya ha llegado el momento de subir las cotizaciones de los empresarios para costear las pensiones.
Sin embargo, lejos de recoger ese guante, Montoro, en la presentación de los Presupuestos para 2016, rechazó rotundamente que el Gobierno baraje subir las cuotas patronales “si no más bien todo lo contrario”, dijo.
Así dejó abierta la puerta a un recorte de estas cotizaciones en un futuro no muy lejano, al considerar que son un “gravamen a la creación de empleo” y, por ello, convendría rebajarlas para que no sean un obstáculo a la recuperación del mercado laboral.
Nada dijo Montoro de los planes para la parte de las cuotas que pagan los trabajadores, que si varían algo será probablemente para aumentarlas, basándose en su bajo nivel comparado con las contribuciones del resto de asalariados europeos, según fuentes consultadas.
Cada punto de cotización supone unos ingresos aproximados de 4.000 millones de euros, por lo que un incremento de tres puntos, sería ahora suficiente para tapar el déficit anual del sistema de pensiones. Si bien, la mayoría de expertos aconsejan que estas subidas (independientemente de que se apliquen al empresario, al trabajador o a ambos) se hagan de forma progresiva.
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