Elena Rivas, responsable del negocio No Vida en Grupo Bárymont, cree que el crecimiento del ramo de Defensa Jurídica “puede ser exponencial debido, sobre todo, a esta situación de incertidumbre jurídica que ha provocado la pandemia”. La realidad es que “estar cubierto y asesorado jurídicamente nos produce tranquilidad y seguridad”.
ENTREVISTA PUBLICADA EN LA REVISTA PYMESEGUROS Nº 117
Elena Rivas, responsable del negocio No Vida en Grupo Bárymont, afirma que “la incertidumbre jurídica ha sido enorme durante la pandemia, tanto de cara a las personas (temas laborales, vivienda, prestaciones, etc.), como a las empresas (problema de cobro con clientes, reclamaciones a seguros, impuestos, etc.)”. Asimismo, destaca “la problemática específica que ha existido en el alquiler de viviendas y locales”.
Algo que ha provocado que el ramo de Defensa Jurídica lleve unos años de expansión. Según Rivas, “el avance no es solo tecnológico, sino también cultural. Cada vez nos damos más cuenta de que debemos estar protegidos de situaciones que suceden con mayor frecuencia. El cambio de hábitos en cuanto al consumo, el acceso a servicios y compras por internet, las nuevas formas de trabajo, etc., nos llevan a necesitar un seguro de Defensa Jurídica para estar protegidos”.
De hecho, la siniestralidad después de la pandemia “aumentó exponencialmente”, afirma la responsable de negocio de No Vida en Grupo Bárymont. En la mayoría de los casos, “han sido siniestros por falta de pago en rentas de alquiler de viviendas y locales comerciales”. También han experimentado un aumento importante las reclamaciones a empresas y profesionales junto con los conflictos laborales.
Las previsiones del Grupo Bárymont para 2022 son de crecimiento en el Defensa Jurídica, “no solo por las necesidades que estamos detectando en el cliente, sino por la especialización de este tipo de seguros”. Cada vez es más demandado por un mayor segmento de la población. Según Elena Rivas, “la experiencia nos ha demostrado que los clientes se sienten más protegidos y seguros al tener el respaldo de compañías especialistas en defensa y asistencia jurídica”. Cree que el crecimiento “puede ser exponencial debido, sobre todo, a esta situación de incertidumbre jurídica que ha provocado la pandemia. Estar cubierto y asesorado jurídicamente nos produce tranquilidad y seguridad”.
En el Grupo Bárymont comenzaron a distribuir el seguro de Defensa Jurídica porque consideraron que era un ramo que encajaba “perfectamente dentro de esa planificación y protección que pretendemos ofrecer, tanto a las familias como a las empresas, como especialistas en educación y planificación financiera”.
El Consejo General recuerda que los asegurados con póliza de Defensa Jurídica deberán tener garantizado el derecho a la libre elección de abogado para la protección y reclamación de sus intereses. Así lo confirman sentencias del Tribunal Supremo y del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Elena Rivas indica que “esa garantía se recoge en todas las pólizas de seguro”. El problema, señala, es que “en muchos contratos de compañías generalistas la libre elección de abogado por parte del cliente está supeditada a límites bajos”. Además, recuerda que “en otros países de la Comunidad Económica Europea (CEE), la Defensa Jurídica debe ser independiente y no asociada a compañías multirramo, como obliga la directiva comunitaria al respecto”.
Por otra parte, cree que sería necesario ampliar el seguro con servicios colaterales para hacer más tangible el producto. “Las corredurías de seguros debemos dar un valor añadido al cliente, y eso no es posible sin una póliza de Defensa Jurídica, que garantice cualquier conflicto que se pueda tener sobre las reclamaciones y las coberturas del propio seguro”.
En estos momentos, las pymes y autónomos temen no poder cobrar las facturas. Algo que se puede solucionar con la cobertura de Reclamación de Facturas impagadas que existe en las pólizas de Defensa Jurídica. “La gestión de este servicio se traslada a una compañía especializada. Se trata de una cobertura muy valorada por el mercado en la situación económica en la que nos encontramos actualmente”, explica Rivas.
En los últimos años se está experimentando una mayor tendencia al desarrollo de la economía colaborativa. Por eso, Elena Rivas considera que “se plantea la aparición de nuevas oportunidades de negocio y de generación de ideas basadas en las tecnologías de la comunicación. De forma recurrente se asocian a este modelo económico aspectos como la confianza, cooperación y distribución. Crear un producto de Defensa Jurídica para la economía colaborativa amerita un acuerdo entre todas las compañías especialistas en el ramo, buscando coberturas para aquellas necesidades específicas que cubran esta nueva economía emergente”.
La responsable de negocio de No Vida en Grupo Bárymont cree que entre los nuevos retos a los que se enfrenta el seguro de Defensa Jurídica, están: “el previsible aumento de la siniestralidad derivado del aumento de la actividad económica, el repunte de la inflación, el aumento de la competencia, los bajos tipos de interés y los nuevos cambios regulatorios. Son retos que se pueden extrapolar a cualquier tipo de seguro, porque afectan al sector asegurador de manera global”.
Se trata de un seguro que está evolucionando. Entre otras cosas, se ha empezado a cubrir la ocupación ilegal de viviendas. En opinión de Elena Rivas, “este tipo de seguro responde a una realidad que existe en España. Es la mejor forma jurídica de defenderse ante estos hechos. Se está produciendo un crecimiento importante en este tipo de seguros. Deberíamos asesorar a nuestros clientes propietarios en el hecho de que estos seguros no solo son recomendables, sino que deberían ser un requisito previo indispensable antes de poner una vivienda en alquiler”.
Por otro lado, también está la protección de pagos, que sirve básicamente para hacer frente al pago de las cuotas hipotecarias, sobre todo ante una situación de desempleo.
“Incluirlo dentro del producto de Defensa Jurídica complementa el producto y cubre una necesidad que actualmente ha crecido de una manera exagerada”.
Definitivamente, Rivas piensa que “los seguros de Defensa Jurídica son un producto fundamental para los corredores porque encaja perfectamente en la planificación que ofrecemos a nuestros clientes. Tener la seguridad de disponer de un respaldo jurídico de asesoramiento y asistencia permite que nuestros clientes se sientan más protegidos y seguros. Los corredores aportamos el valor añadido de ofrecer a nuestros clientes el mejor producto del mercado en Defensa Jurídica y, sobre todo, aquel que se adapta mejor a sus necesidades, en función de su perfil”.
El problema principal con el que se encuentran los corredores en su día a día es “el desconocimiento por parte de los clientes de este tipo de seguros y sobre el amplio número de situaciones diarias en las que puede ayudarles y asesorarles”.
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