Enrique González, socio de Sofise Correduría de Seguros. S.L.
“La rehabilitación, más que la reina de los nuevos nichos de mercado, es la reina de la propia actividad de la construcción”, así la define Enrique González, socio de Sofise Correduría de Seguros. De hecho, los objetivos que nos vienen marcados por Europa en materia de cambio climático, eficiencia energética, la propia situación de nuestro parque de edificios y la compleja situación económica hacen que la rehabilitación sea una excelente oportunidad para el sector de la construcción y, por tanto, para todos los que confluyen en este sector.
ENTREVISTA PUBLICADA EN LA REVISTA PYMESEGUROS Nº 106
En marzo de 2020, debido al Covid, se produjo un parón más que significativo en el negocio de Construcción. De hecho, la recuperación que se estaba observando en él, sufrió una desaceleración. Sin embargo, Enrique González, socio de Sofise Correduría de Seguros, piensa que “de forma sostenida, se vuelven a observar unos incrementos en la actividad que nos hacen ser razonablemente optimistas sobre la evolución del sector”.
Sofise es una correduría generalista y, como tal, tocan todos los ramos. Pero en un momento dado, entendieron que necesitaban encontrar un nicho de mercado y hacerse fuertes en él. En esa búsqueda surgió la opción de los seguros de Responsabilidad Civil Profesional para arquitectos y arquitectos técnicos. “Era un mundo asegurador distinto a lo que conocíamos y comprobamos que los clientes demandaban una especialización y que les explicaran claramente, no solo lo que les ofrecías sino las opciones existentes desde un punto de vista diferente”, indica González.
Para ello, continúa, “se precisaba un producto vendible y, año a año, fue evolucionando, adecuándolo a las necesidades que nos planteaban los diversos intervinientes”.
La especialización fue una evolución lógica. Pasaron de asegurar a los técnicos a hacerlo a todos los intervinientes en el proceso constructivo. El socio de Sofise afirma que “nos encontrábamos cómodos con los arquitectos y con los arquitectos técnicos y entendimos que podíamos extender nuestro campo de actuación a toda la gama de seguros vinculados a la construcción en las diversas modalidades tanto en RC como de daños. La incorporación de los diferentes productos de construcción la fuimos efectuando de forma paulatina, lo que nos permitió tanto conocerlos, como adecuarlos a lo que demandaban los clientes”.
Ahora, su volumen de negocio ligado a la construcción se sitúa cerca del 50%. En estos momentos, “una de las prioridades es compensar el crecimiento orgánico (que prevemos significativo), con la integración de carteras, con el fin de mantener el mismo porcentaje. Las perspectivas de negocio son halagüeñas en el campo de seguros de Construcción y esperamos mantener esos crecimientos adecuándolos al resto de ramos que intermediamos”.
No obstante, Enrique González se queja de que “el sector asegurador es tradicionalmente conservador. Esto nos lleva a que las variaciones en los productos sean difíciles de implementar. En este punto, yo pongo siempre un ejemplo, en un momento dado, las aseguradoras clasificaron a la termoarcilla como un sistema constructivo ‘no tradicional’, aunque este sistema se consolidó en el sector de la construcción del mercado español, todavía hay alguna entidad u OCT que cuando oye termoarcilla miran con recelo esa operación”.
Muchas veces son los corredores los que plantean las variaciones en el producto y, poco a poco, van calando en las aseguradoras. Es cierto, afirma González que “todavía nos encontramos con circunstancias un poco especiales, pero la amplia mayoría de planteamientos que se realizan son asegurables”.
Existe modalidades o variaciones a productos ya existentes. Por ejemplo, apunta el socio de Sofise, “todos conocemos la RC profesional de Arquitectos tradicional y ahora se está comercializando una RC específica por obra. El producto es el mismo, con la diferencia de que se cubre una obra en concreto y no toda la actividad profesional”.
Con estas variaciones de producto se van cubriendo las diferentes necesidades que trasladan los intervinientes a los corredores en el proceso constructivo. La Ley de Ordenación de la Edificación y el Código técnico sirven de guía en la Responsabilidad Civil.
“La rehabilitación, más que la reina de los nuevos nichos de mercado, es la reina de la propia actividad de la construcción”, dice Enrique González, “los objetivos que nos vienen marcados por Europa en materia de cambio climático, eficiencia energética, la propia situación de nuestro parque de edificios y la compleja situación económica hacen que la rehabilitación sea una excelente oportunidad para el sector de la construcción y, por tanto, para todos los que confluimos en este sector”. Desde la Unión Europea nos van guiando en esa dirección y muchas de las aportaciones subvencionadas estarán dirigidas a la mejora de la eficiencia energética.
Por su parte, el seguro Decenal abre numerosos interrogantes para aquellos que no están familiarizados con este mundo: qué riesgos cubre, su obligatoriedad y las excepciones a la misma, las consecuencias de su ausencia, la necesidad de una OCT. El propio sector asegurador refleja esos vaivenes, las compañías generalistas entran y salen y son más o menos laxas en sus peticiones de información (por lo menos, para iniciar una tarificación).
Al final, explica González, “se trata de tener un portafolio de diferentes aseguradoras que nos permita ofertar y contratar en las mejores condiciones para los clientes. No podemos obviar que los seguros del ámbito de la construcción son ramos técnicos (más o menos complejos) y las entidades se mueven tanto por su siniestralidad como por operaciones de contratación. Por eso, es necesario que los corredores nos mantengamos actualizados en las diferentes variaciones de contratación que planteen las aseguradoras”.
Entre los seguros de la construcción, la disposición segunda de la LOE prevé la obligatoriedad de la garantía trienal, así como que la extensión de la garantía obligatoria se extendiera a otros usos de los edificios distintos del de vivienda. Pero la realidad, comenta el socio de Sofise, “es que es el gran desconocido. No solo por parte de los promotores, sino también de las propias aseguradoras que no desarrollan ese producto de manera independiente al Decenal de daños. Desde la correduría entendemos que sin que se marque su obligatoriedad (que no es más que desarrollar lo expuesto en la LOE) su desarrollo como producto específico de construcción estará más que limitado”. Existen estimaciones que indican que aproximadamente el 65% de las reclamaciones relacionadas con la edificación se podrían encuadrar en las coberturas del seguro Trienal (instalaciones y elementos constructivos). “En este sentido, a la oportunidad de la medida (obligatoriedad) se une, por así decirlo, su racionalidad. Extender el seguro Trienal produciría, con toda seguridad, un aumento de la calidad de las edificaciones promovidas por promotores no profesionales, que reduciría las reclamaciones por el déficit de calidad y compensaría los costes de la transferencia del riesgo a las aseguradoras”, sentencia.
Entre los problemas a los que se enfrentan los corredores está que “son seguros que se encuentran dentro de los llamados ramos técnicos y, muchas veces, los asegurados no son conscientes de la necesidad de que la documentación solicitada es necesaria para una adecuada catalogación del riesgo. Los clientes buscan inmediatez y esa petición de documentación, así como el desconocimiento de muchos operadores de suscripción hace que no se pueda facilitar la información solicitada con la celeridad que sería aconsejable”.
Por otro lado, las corredurías han trasladado a los asegurados una necesidad de aumentar los sublímites por víctima en caso de daños corporales, bien mediante modificaciones de los contratos establecidos, bien mediante la realización de operaciones de segundas capas. “Es innegable -comenta Enrique González- que la aplicación del nuevo baremo de indemnizaciones que entró en vigor en enero de 2016 (Ley 35/2015 de 22 septiembre) hizo necesario que se modificaran los importes establecidos como límites por víctima. Desde Sofise prestamos especial importancia en explicar este aspecto, tanto a los clientes de la propia correduría, como aquellos clientes potenciales”.
Estos seguros no están tan estandarizados como otros ramos de mayor penetración y las casuísticas pueden ser muy diversas y exige tener un conocimiento de la propia actividad. “Está claro que el hacer un esfuerzo formativo por parte de las corredurías, para un número de operaciones limitadas, tiene un coste significativo. Por eso, nuestro consejo a corredores o corredurías que se quieran introducir en esta especialización o cualquier otra, es que analicen correctamente el interés de su mercado potencial y, ante la duda, se apoyen en compañeros que conocen la idiosincrasia de este mercado”.
No importa tanto el tamaño como la especialización. “Una correduría mediana, como puede ser Sofise, tiene una gran ventaja que es la facilidad de adaptación y de toma de decisiones. Igualmente nos permite centrarnos en intervinientes, constructores promotores y técnicos, que están fuera del circuito de las grandes operaciones (por volumen de primas) y que, sin duda, se merecen la misma información de contratación que las grandes constructoras o despachos de arquitectura multidisciplinares”.
Es de gran importancia que el cliente conozca y, sobre todo, comprenda lo que está contratando. Esta información es fundamental no solo para crear una sensación de seguridad sino para que la misma realmente exista y los diversos profesionales de la construcción encaminen sus esfuerzos a su actividad principal y no a la preocupación de eventos o incidencias futuras.
El seguro se enfrenta a nuevos retos con la aparición de nuevos materiales y sistemas constructivos, impresión 3D, metodología BIM (Building Information Modeling)… González dice que “está claro que las nuevas herramientas o sistemas constructivos han llegado para quedarse, incluso la nueva directiva europea sobre la contratación pública impulsó el uso de tecnología BIM para proyectos de construcción y de edificación financiados con fondos públicos”.
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