El seguro de Accidentes tiene futuro en el nicho de las pymes españolas. Por el momento más de la mitad de ellas lo tienen contratado para sus trabajadores, pero ese porcentaje puede aumentar. Gonzalo Moné, responsable de Empresas de Moné Seguros e Inversión, apunta dos vías: Por un lado, hacer que los pocos convenios sectoriales que no contemplan beneficios sociales para los trabajadores, sí lo hagan. Y fomentando las conversaciones acerca de retribución flexible y las ventajas que conlleva su contratación.
ENTREVISTA PUBLICADA EN LA REVISTA PYMESEGUROS Nº 110
El ramo de Accidentes tiene múltiples variantes, ya que se puede hablar de: seguros individuales, colectivos voluntarios, de convenio, deportivos y de baja laboral (por accidente y/o enfermedad). Incluso los seguros médicos pueden tener vinculación con estas pólizas. Cada uno de ellos está evolucionado de distinta manera… Por ejemplo, en los seguros deportivos en 2020 se sufrió una paralización importante, pero en 2021 ha vuelto a reactivarse. Por el contrario, ante los ERTEs y recorte de plantillas, las actualizaciones de seguros de Accidentes colectivos han ido a la baja, al reducir el número de asegurados. “Se podría decir que, en cada caso, vemos una evolución dispar”, apunta Gonzalo Moné, responsable de Empresas de Moné Seguros e Inversión.
En cuanto a la siniestralidad, dice que “es superior a años anteriores. En accidentes laborales, creemos que está influyendo el nerviosismo ocasionado por la pandemia porque nos están llamando clientes con incidentes que nunca antes habían sufrido. En muchos casos, errores humanos evitables. Por otro lado, en los seguros de baja laboral y su cobertura ante un positivo por Covid, también se ha producido un repunte de siniestralidad”.
Así las cosas, las previsiones del ramo de Accidentes para 2022, dependerá, según Moné, “del perfil de clientela de cada correduría: un mediador especializado en hostelería, sufrirá un recorte importante en su facturación; en cambio, una correduría especializada en empresas tecnológicas, verá que cuando regularice sus pólizas, las plantillas siguen incrementándose. En nuestro caso, vemos cómo se incrementa el número de pólizas, y la prima media está reduciéndose un poco. Sin embargo, se van reactivando las ligas deportivas y ello ocasiona que recuperemos primas que en 2020 habíamos perdido”.
La correduría Moné Seguros e Inversión lleva “muchos años especializada en el asesoramiento de seguros de protección personal. El ramo de Accidentes y baja laboral están totalmente relacionados con ello (por no hablar de los seguros médicos, que constituyen más de un tercio de nuestra cartera). En la actualidad, el ramo de Accidentes puro, representa un 7% de nuestra cartera de generales. Pero si se incluyen los seguros médicos dentro de esa categoría, llegan al 45%”.
Esta especialización empezó con su padre que comenzó trabajando en Mapfre Vida, una cartera con alta especialización en esos seguros. Y, con la creación de la correduría, “estos ramos se convierten en claves para nuestro crecimiento y sostenibilidad. Cada vez han salido más tipologías de seguros, y procuramos estar encima de esta evolución para que nuestra oferta aseguradora siempre esté al día y podamos ofrecer los mejores productos”, afirma Gonzalo Moné.
“Creemos que tenemos una responsabilidad en hacer ver tanto al autónomo como a nuestras empresas clientes, la necesidad y, en muchos casos, obligatoriedad (por convenio) de estos seguros. Por ejemplo, cuando nos piden cotizar cualquier seguro de una empresa, por defecto, preguntamos cuál es su convenio sectorial, ya que hemos detectado que, en muchos casos, desconocen de la exigencia por convenio de tener un seguro de Accidentes suscrito”, apunta el responsable de Empresas de Moné Seguros e Inversión.
Entre el valor añadido que da el corredor de seguros a este ramo, sin duda, figura el seguimiento de las pólizas con el paso del tiempo. “Nos hemos encontrado con pólizas que, en una empresa de reciente creación, se emitieron con 2 personas y a los 4 años, que ya eran 80 personas, no se había actualizado el número de trabajadores, con el riesgo que eso entraña para la propia empresa si algo sucede. Podemos pensar que las aseguradoras están pendientes de esto, pero en muchas ocasiones esto no sucede, ya que la empresa cambia de domicilio y la entidad no se entera, por lo que no llegan las cartas; o diversifica la actividad, creando otra línea de negocio y adhiriéndose parte de la plantilla a otro convenio… y si no lo pregunta el mediador, la aseguradora nunca lo sabría”.
Nos encontramos con seguros de Accidentes individuales, colectivos y los de convenio y cada uno tiene su peculiaridad. Por regla general, un seguro colectivo será más económico que el individual, por la mera aplicación de economías de escala. Además, habitualmente, permiten que la política de suscripción sea más flexible (menos preguntas al contratar, por ejemplo, o capitales más elevados).
La diferencia entre el colectivo y el de convenio radica en quién marca las coberturas y capitales de la póliza. Un seguro de convenio debe estar adaptado a lo que recoge el convenio sectorial negociado por sindicatos y patronal, de tal modo que las aseguradoras deben ir actualizándolo de forma automática. En cambio, el colectivo, suele depender de lo que decida suscribir el gerente o, en empresas mucho más grandes, patronal y sindicato (en ocasiones, pueden negociar capitales por encima de los ‘básicos’ de convenio).
Por su parte, el seguro individual, habitualmente, se personaliza bastante más, ya que se hace a la medida de las necesidades del cliente: en función de sus ingresos, nivel de vida…
En el caso del seguro de Accidentes para autónomos y pymes, Moné indica que “está evolucionando de forma similar a cómo lo hace la empresa o el negocio del autónomo: si crece, se está dispuesto a aumentar coberturas y contratar garantías que antes podían parecer prescindibles… si desciende, se busca abaratar, ajustando primas o incluso, reduciendo garantías. Cada vez se oye más el término de retribución flexible y beneficio social… al final, son fórmulas que la empresa puede emplear para fidelizar a su equipo humano, formas de retribuirlo que no son puramente económicas, y que le motiven para seguir en el proyecto”.
La realidad es que algo más de la mitad de las pymes españolas tienen contratados seguros de Accidentes para sus trabajadores. Para ampliar este porcentaje, el responsable de Empresas de Moné Seguros e Inversión propone varias vías: “Por un lado, sigue habiendo convenios sectoriales (los menos) que no contemplan beneficios sociales para los trabajadores cuyos contratos se adhieren a los mismos… si cuando toque renovar el convenio, se incluye un artículo que contemple este seguro, sería la vía más rápida. Un ejemplo reciente es el convenio de fincas urbanas de Zaragoza, que ha exigido suscribir seguro para los porteros del edificio. Por otro lado, se puede fomentar conversaciones acerca de retribución flexible y otros beneficios para empleados. Eso permitirá que el empresario o, en empresas grandes, los responsables de recursos humanos, conozcan estos productos y las ventajas que conlleva su contratación”.
Moné piensa, “honestamente, que la flexibilidad por parte de muchas compañías es total, a la hora de diseñar el seguro que necesitan tanto autónomos como empresas. Se puede suscribir o no garantía de fallecimiento, complementar con un capital en caso de hospitalización o baja laboral… Son múltiples las garantías opcionales”.
Sin embargo, se queja de que “aunque se intenta innovar, en ocasiones, se nota que son acciones de marketing encaminadas a dar un empujón a ese ramo en la compañía y realmente es un ‘rebranding’ del producto que ya tenía previamente”.
En cuanto a los seguros de Accidentes de convenios, cree que “la gran mayoría de convenios sectoriales recogen garantías muy similares… es raro encontrar alguno que ‘se sale’ de la norma y añade coberturas 24 horas, o coberturas que van más allá de un capital de indemnización”.
Ante la posibilidad de homogenización de todos ellos, Moné lo ve “complicado debido al volumen de agentes (y lobbies) involucrados en esas decisiones. Podría ser útil, pero no sería fácil, desde luego”.
Además, reclama un incremento de los capitales asegurados de los convenios porque se “infravalora notablemente lo que la familia/individuo podía ingresar de no haber ocurrido el accidente. Aunque hemos de ser conscientes de que, complementariamente a ese capital de accidentes es posible que tenga que intervenir la póliza de Responsabilidad Civil de la empresa, que suele hacerlo con capitales bastante más elevados”.
Entre los problemas con los que se encuentran los corredores que trabajan este seguro, está el hecho de que, “en ocasiones, hay clientes en determinadas profesiones, que nos piden tener baremos mejorados. Por ejemplo, en el sector sanitario o algún músico que quiere recibir el 100% del capital de la póliza si tiene un accidente en una mano (y no un 25% según el baremo normal). No es fácil encontrar solución aseguradora para ciertos profesionales, ya que las compañías lo consideran de alto riesgo”, afirma.
El principal reto de las compañías, continúa, “es afinar sus cálculos actuarios a la nueva realidad que vivimos. Estamos viendo más accidentes y comercialmente, como es lógico, interesa ser agresivos… encontrar ese equilibrio será la clave para que siga siendo un ramo sostenible en las aseguradoras”.
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