En el contexto actual, la implicación de las empresas en materia de sostenibilidad es cada vez más importante. Sin embargo, el 46% de las pymes españolas reconocen que no tiene una estrategia de sostenibilidad, según detalla el I Informe Hiscox de pymes y autónomos en España.
Esta falta de previsión en materia de sostenibilidad también se explica por el hecho de que solo el 15,7% de las pequeñas y medianas empresas encuestadas considera que el cambio climático sea un riesgo sistémico que les vaya a afectar seriamente.
No solo se trata de que pocas empresas diseñen una estrategia de actuación en materia de sostenibilidad, sino que además tampoco son muchas las que llevan a cabo prácticas sostenibles en su día a día. Concretamente, solo el 31,3% de las pymes lleva a cabo prácticas sostenibles y otro 18% dice que lo hará en el futuro, lo que deja un 50% del tejido empresarial de las pymes que ni ha incorporado ni tiene previsto hacerlo este tipo de prácticas.
Entre las que sí llevan a cabo prácticas sostenibles, el medioambiente se perfila como el área en la que más actúan las empresas y el 70% realiza alguna medida destinada a repercutir positivamente en su cuidado. Otro 41,5% actúa en el área de la sociedad y el 31,9% en el de la gobernanza.
A la hora de enumerar los beneficios que reporta la adopción de prácticas y políticas sostenibles, la ética empresarial se posiciona en primer lugar (40%), seguida de la mejora de la reputación (27,21%) y el aumento de la satisfacción de los clientes (25,7%). A pesar de reconocer la importancia que tiene la sostenibilidad en la imagen corporativa, el 64% de las pymes que realizan prácticas sostenibles no las comunican.
Adicionalmente, el 76,5% de las empresas no tienen indicadores para medir el éxito de sus prácticas, por lo que no tienen la capacidad real de medir cuáles si funcionan, cuáles no, cuáles es necesario reforzar, etc.
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